Publicado Noviembre 2019
Cuando no está volando, la brasileña Ana Paula Martins siempre reserva algún momento para cuidar de su salud. La tripulante, que trabaja en vuelos de hasta 14 horas, ha encontrado en el ejercicio la clave para convivir con fenómenos como el jet lag, los cambios de temperatura y los efectos de la presurización de la cabina entre un destino y otro. “Las actividades físicas mejoran mi disposición, mi rendimiento y mi humor”, afirma.
Para esquivar el cansancio, Ana acostumbra seguir algunos pasos antes de volar. “Desconectarme de todo y descansar por lo menos dos horas son acciones esenciales para que no sienta el peso de estar despierta toda la madrugada”, dice la comisaria.
Tomar mucha agua y huir de las comidas con mucha sal, azúcar y derivados de la leche también forman parte de su rutina, así como usar medias de compresión en la aeronave para evitar que se le hinchen las piernas. Además, Ana siempre lleva en la maleta unos elementos para ejercitarse aunque no haya gimnasio cerca.
Este mes, Ana cumple 14 años en la aerolínea y ha puesto a su trabajo en los aviones el mismo entusiasmo de sus entrenamientos físicos. Entre las experiencias que guarda en su equipaje, ella destaca el haber participado en el vuelo inaugural de LATAM, en 2016, así como la conquista de dos premios por su desempeño, en abril de este año. “Estoy muy orgullosa de trabajar en la empresa que yo escogí y que rápidamente me aceptó”, completa.